El Papa Francisco ha insistido varias veces en que nos fijemos en “los santos de la puerta de al lado”, porque santos no son solo los que están “en los altares”, sino muchas personas anónimas que se han distinguido y se distinguen por su coherencia de vida, una vida que es expresión externa y pública de su vivencia espiritual interior, porque en los humanos todo está relacionado, para bien, en este caso.
Hoy quiero hacer una pequeña reflexión: sacar a relucir que santos de mucha fama y tronío, con iglesias e instituciones que llevan su nombre por toda la geografía mundial del Cristianismo, empezaron siendo “santos de la puerta de al lado”. Empezaré con los santos titulares de algunas de las iglesias de la Unidad Pastoral que el obispo Carlos tuvo a bien encomendarme junto a mi compañero Poli Díaz. Estas iglesias, por orden de antigüedad son: San Martín, San Julián y Santa Basilisa, La Purísima y San Sebastián. Hay otros santos titulares en nuestra Unidad Pastoral, San Benito y Santiago, pero estos los dejamos para otro día.
El orden de antigüedad en la Historia de la Salvación y en la Historia de la Iglesia es diferente: 1) la Virgen María, 2) San Sebastián, 3) San Julián y Santa Basilisa, 4) San Martín de Tours.
La Virgen María
La Virgen María: de ella hay que comenzar diciendo que, muy probablemente, no pudo ser “santa de la puerta de al lado” porque su casa no tenía puerta, sino tal vez una mera cortina. María era una mujer joven -una adolescente diríamos hoy- de Nazaret y de su pueblo dijo un tal Natanael –santo “de corona” y apóstol, porque la cercanía con Jesús contagia mucho- “¿De Nazaret puede salir algo bueno?” (cf. Jn.1). Al parecer sí, al menos Cristo y su madre, pero lo que las redes sociales de la época hacían correr es que Nazaret de Galilea era un pueblucho insignificante y de mala fama.
La casa de la Virgen se conserva relativamente bien, aunque muy transformada, en la Basílica de la Anunciación, del actual Nazaret. La arqueología nos ayuda a saber cómo era la casa de María, porque recientemente se han encontrado cerca otras cuevitas que eran las viviendas de sus vecinas; su pobreza era extrema: sin puerta, apenas una cortina para proteger del frío de la noch
...
Leer más »