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Oración por las víctimas de la guerra y por el fin de la violencia

Noches de Pan y Luz
Guion de la oración del 18 de agosto de 2022

Oración por las víctimas de la guerra y por el fin de la violencia

 

1. Presentación

 

Bienvenidos a este encuentro en torno a Jesús. Con la Esperanza y el Amor del Señor, nos reunimos para orar por las víctimas de la guerra y la violencia en todos los rincones del mundo. No solo por los conflictos que nos afectan directamente por la cercanía o sus consecuencias económicas. Nos hacemos uno con Jesús como la vid y el sarmiento, y oramos por la PAZ en el mundo y en nuestro corazón.

Sugerencia: La oración comienza con la exposición del Santísimo. Si haces esta oración en tu casa, pon ante ti una Biblia abierta. Dios está presente en su Palabra.

 

2. La situación mundial en el centro de nuestra oración

 

Comenzamos recordando las numerosas situaciones de guerra que hay en el mundo. Por cada una de ellas encendemos una luz pidiendo la paz.

1. Por el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania, para que callen las armas y se encuentre la vía del diálogo.
2. Por el fin de toda violencia en Estados Unidos, y para que favorezca el camino de la paz entre China y Taiwán.
3. Por México y el fin de la violencia que provoca el narcotráfico.
4. Por la paz en Centroamérica, especialmente en Honduras, Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Belice.
5. Por los acuerdos de paz de Colombia.
6. Por la paz y el fin de toda violencia en Siria, Yemen, Afganistán, Iraq y Myanmar.
7. Por el fin de las tensiones en la península coreana.
8. Por la estabilidad y la convivencia pacífica en el Líbano.
9. Por el fin del terrorismo en Burkina Faso. Por la paz en Camerún occidental y en las regiones del Kivu y de Ituri, en la República Democrática del Congo.
10. Por la paz en Etiopía; Libia; Mali y Mozambique, Nigeria, Somalia y Sudán del Sur.

 

Oremos: Dios, Eterno Padre, escucha compasivo esta oración que se eleva hacia Ti en medio del estruendo de la guerra y la desesperación del mundo. Llenos de confianza en tu infinita Misericordia y en la intercesión de tu Santísima Madre, nos dirigimos a Ti con gran esperanza, suplicando el don de la paz y pidiendo que alejes de nosotros toda discordia y violencia. Protege, acoge, acompaña y bendice a los más pobres, a los refugiados y a las víctimas de las guerras. Y bendice a todos los que trabajan por la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

Canto: Luis Guitarra. Desaprender la guerra.

Escuchar la canción (será redirigido a YouTube).

 

Desaprender la guerra

Desaprender la guerra, realimentar la risa,
deshilachar los miedos, curarse las heridas.
Difuminar fronteras, rehuir de la codicia,
anteponer lo ajeno, negarse a las consignas.

Desconvocar el odio,
desestimar la ira,
rehusar usar la fuerza,
rodearse de caricias.
Reabrir todas las puertas,
sitiar cada mentira,
pactar sin condiciones,
rendirse a la Justicia.

Rehabilitar los sueños, penalizar las prisas,
indemnizar al alma, sumarse a la alegría.
Humanizar los credos, purificar la brisa,
adecentar la Tierra, reinaugurar la Vida.

Desconvocar el odio,
desestimar la ira,
rehusar usar la fuerza,
rodearse de caricias.
Reabrir todas las puertas,
sitiar cada mentira,
pactar sin condiciones,
rendirse a la Justicia.

Desaprender la guerra, curarse las heridas.
Desaprender la guerra, negarse a las consignas.
Desaprender la guerra, rodearse de caricias.
Desaprender la guerra, rendirse a la Justicia.
Desaprender la guerra, sumarse a la alegría.
Desaprender la guerra, reinaugurar la Vida.

 

Reflexionamos: ¿qué hago yo, concretamente, por construir la paz?

• ¿Cultivo la paz interior y la fraternidad en mi ambiente de trabajo, en mi familia, en mi comunidad parroquial, en mis grupos de amigos?
• ¿Defiendo y practico la caridad, justicia y la solidaridad, fuente de paz y reconciliación?
• ¿Domino mis propios enfados, mis palabras hirientes, mi irascibilidad… para ofrecer, a cambio, afabilidad, alegría, ilusión, confianza?

Oramos en silencio.

 

3. La paz deberá comenzar en mi corazón

 

Desaprender la guerra y todo signo de violencia por pequeño que sea es fundamental, y comienza en mi corazón. Es ahí donde debe ocurrir la primera victoria para que todo lo demás acontezca. Volvámonos a Jesús y en la intimidad, con Él, visitemos nuestra casa interior… ¿Cómo está nuestro corazón…? ¿Nos habitan conflictos…? Si Tú, o buen Jesús, no suavizas mi alma, siempre perdurará en su natural dureza. Señor, envuelve nuestro corazón con Tu ternura y sencillez amorosa.

 

Canto: Eduardo Meana. Declaración de domicilio

Escuchar la canción (será redirigido a YouTube).

 

Declaración de domicilio

Vivo en el lado oculto de la vida
Yo voy por la vereda de las sombras
Lo mío es el rumor de un arroyito
El beso de la brisa entre las hojas
Y las flores de plástico me duelen
La tierra y las raíces me conmueven
Vivo en el lado desnudamente humano de la vida
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida

Vivo en el lado lento de la vida
Amo lo que se gesta en el silencio
Terco fluir del río en la llanura
Los embarazos... y el muy sabio invierno
Soy figura emergiendo de la piedra
Los montes me contagian su certeza
Vivo en el lado pacientemente humano de la vida
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida

Vivo en el lado tierno de la vida
Voy desarmando fosos y castillos
Ya no quiero ser duro, pero muerto
Prefiero vulnerable, pero vivo
La falda de mamá... el olor de casa
Y tu abrazo de amor que hoy me rescata
Vivo en el lado entrañablemente humano de la vida
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida

Vivo en el lado pobre de la vida
Donde la sencillez airea tu casa
Donde el "Te necesito" no avergüenza
Donde nace del alma el "Muchas gracias"
Donde nadie te lleva por delante
Montado en "supervidas importantes"
Vivo en el lado pequeñamente humano de la vida
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida

Vivo en el lado manso de la vida
Le creo solamente a los pacíficos
Por eso me avergüenzan mis violencias
Quiero a mi corazón quieto en su nido
¡Triste arrogancia de los "ganadores"!
No subo el Monte Olimpo de esos dioses
Vivo en el lado sufridamente humano de la vida
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida

Vivo en el lado espeso de la vida
Sangro la sangre de los doloridos
No adoro ideas claras y distintas
Dramático y más turbio es nuestro río
¡Cruz de autenticidad esperando el alba...!
Y, oscuramente... Dios... eje de mi alma
Vivo en el lado complejamente humano de la vida
Vivo en el lado sagradamente humano de la vida

Oramos en silencio

 

4. Con la gracia y la fuerza del Espíritu

 

La transformación del propio corazón, vivir en la paz e irradiar serenidad, perdonar, ser humildes y construir la fraternidad no es posible por nuestras solas fuerzas. Necesitamos la promesa de Jesús, el Espíritu Santo, que nos recrea y fortalece.
El que vive según el Espíritu "lleva paz donde hay discordia, concordia donde hay conflicto. Los hombres espirituales devuelven bien por mal, responden a la arrogancia con mansedumbre, a la malicia con bondad, al ruido con el silencio, a las murmuraciones con la oración, al derrotismo con la sonrisa", nos recuerda el papa Francisco. Pedimos al Espíritu de Dios que nos auxilie, reconociendo que sin Él nada podemos hacer…

 

Canto: Eduardo Meana. Si Tú no vienes

Escuchar la canción (será redirigido a YouTube).

 

Si Tú no vienes

Si Tú no vienes
nos faltarán las alas para la plegaria,
desgastaremos el silencio y las palabras,
si en lo escondido tu voz no clama.
Si tú no vienes
será imposible el abrazo del reencuentro,
con el hermano que la ofensa puso lejos,
si tú no enciendes de nuevo el fuego.

Pero si vienes a recrearnos
y como un soplo das vida al barro,
como un artista irás plasmando
un rostro nuevo de hijos y hermanos.
Por eso ven Espíritu Santo ven, Espíritu Santo ven.

Si tú no vienes
olvidaremos la esperanza que llevamos,
sucumbiremos al desánimo y al llanto,
si tú no vienes a consolarnos.
Si tú no vienes
evitaremos el camino aconsejado,
por el Señor de las espinas y el calvario,
si tú no vienes a recordarlo.

Pero si vienes a sostenernos
y nos conduces cono Maestro,
en nuestra carne se irá escribiendo
cada palabra del Evangelio.
Por eso ven, Espíritu Santo ven, Espíritu Santo ven.
Si tú no vienes
nuestra mirada será ciega ante tus rastros,
la poca fe dominará lo cotidiano,
si no nos donas el ser más sabios.
Si tú no vienes
y no sacudes con tu viento nuestra casa,
y con un sello de profetas nos consagras,
tendremos miedo si no nos cambias.

Pero si vienes y en el silencio
del alma escribes renglones nuevos,
entre nosotros se irá tejiendo
la historia cierta del nuevo reino.
Por eso ven, Espíritu Santo ven,
Espíritu Santo ven…

Oramos en silencio

 

5. Compromiso personal por la paz

 

Jesús nos necesita. Necesita nuestras manos, nuestro corazón, nuestro mirar. El mundo necesita de Su Paz. Nosotros podemos ser, somos, mensajeros de Su Paz. A veces con una palabra, siempre con el gesto y la vida. ¿Estamos dispuestos a ese compromiso? Siempre hay algo que podemos hacer en nuestro Nazaret: en nuestra familia, en nuestro trabajo, con nuestros vecinos. Donde Dios nos haya puesto, seamos un rayito de Esperanza y de Paz. Sabemos que la victoria de nuestro Señor es segura, y esperamos contra toda esperanza. Cambiando mi corazón, cambio el mundo. La victoria es segura.

 

Oración:Hazme instrumento de tu paz

Escuchar la oración cantada (será redirigido a YouTube).

 

Oración franciscana por la paz
Hazme instrumento de tu paz,
que donde haya odio ponga yo amor,
donde hay ofensa ponga yo perdón,
donde hay discordia ponga yo unión.

Donde haya duda ponga yo la fe,
donde haya error ponga yo verdad,
donde hay tristeza ponga yo alegría,
donde hay tinieblas ponga yo la luz.

Oh Maestro, que no me empeñe tanto
en ser consolado sino en consolar,
en ser comprendido sino en comprender,
en ser amado sino en amar.

Hazme instrumento de tu paz,
porque dando siempre se recibe,
perdonando se alcanza el perdón,
muriendo se va a la vida eterna.

Oh Maestro, que no me empeñe tanto
en ser consolado sino en consolar,
en ser comprendido sino en comprender,
en ser amado sino en amar.

Hazme instrumento de tu paz,
porque dando siempre se recibe,
perdonando se alcanza el perdón,
muriendo se va a la vida eterna.

 

6. Oración final. Un canto de esperanza.

 

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