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Publicado originalmente en salamancartvaldia.es por Juan Antonio Mateos

¡Ha fallecido Fructuoso Mangas!

La vida se hace real y se desvela de su niebla cuando se hace presente la muerte, en estos casos solo queda orar en el silencio. Fructuoso ha sido como un padre para mí para muchos, no solo en la fe, también en muchas cosas de la vida y de la existencia. Un espejo donde mirar y una vida a la que seguir. Si no tenemos amor, es que todavía no hemos nacido; sin amor, no sabemos que nos morimos. El amó mucho y estaba preparado para ir al Padre. No nos ha dejado, aunque no lo veamos, vive. Dejamos su cuerpo terreno en el dormitorio del sepulcro, pero nuestros muertos viven. Vive en la plenitud de Dios, que lo llena todo. No podemos disfrutar de su presencia física, pero al vivir en Dios, ha penetrado de forma más real en nuestra existencia. Ahora nos ama más que nunca, ya que nos ama desde el corazón de Dios.

Transfigúrame.
Señor, transfigúrame.
Traspáseme tu rayo rosa y blanco.
Quiero ser tu vidriera,
tu alta vidriera azul, morada y amarilla
en tu más alta catedral.
Quiero ser mi figura, sí, mi historia,
pero de Ti en tu gloria traspasado.
Quiero poder mirarte sin cegarme,
convertirme en tu luz, tu fuego altísimo
que arde de Ti y no quema ni consume.
(Gerardo Diego)

Hoy para mí, el sonido del silencio es la melodía del dolor y de la paz. La muerte nos coloca ante el misterio de la vida, es una realidad coexistente a nuestro ser, nada más nacer tenemos fecha de caducidad. Si el dolor es parte de la muerte, también lo es la esperanza, como el amor, son las tres heridas de la existencia. Desde la fe en el resucitado, el creyente proclama no su propia esperanza en la vida, sino los anhelos más profundos de la humanidad ante un hecho misterioso e inefable. Esa esperanza es esperar lo imposible, contra toda esperanza, esperar a pesar de todo, que nos recuerda nuestra fragilidad y pequeñez en ese orden. Esta esperanza, no sólo tiene una dimensión temporal y futura, es una esperanza hacia el otro y al Otro.

En esto, Fructuoso era un maestro, en la pastoral, en la palabra, en la oración, no solo él abría su esperanza hacia el Padre, llevaba a otros hacia el amo ... Leer más »

Categoría: Nuestra diócesis | Vistas: 694 | Agregado por: AdminUPCH | Fecha: 30-Mar-2020 | Comentarios (0)