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Queridos hermanos que formamos la Comunidad Cristiana de la Unidad Pastoral del Centro Histórico, os presentamos, como es nuestra obligación y vuestro derecho, el balance económico del último ejercicio, del año 2021.

Antes de entrar en el análisis de los datos, os queremos proponer un texto bíblico. Se trata de un trozo de la Palabra de Dios, recogido en la Carta de San Pablo a los Filipenses 4,10-20.

San Pablo agradece a la Comunidad de Filipos por su inmensa generosidad para con él. Él está preso y ha recibido una valiosa ayuda “material” de la comunidad de Filipos, que la agradece personalmente. San Pablo llama a los donativos: suave aroma, sacrificio que Dios acepta con agrado.

No es la misma situación, porque no estamos hablando de la situación económica de los párrocos, que gracias a Dios está resuelta y podemos vivir con suficiente dignidad, dentro del estilo de vida sobrio y austero que por compromiso sacerdotal hemos asumido: “pobres al estilo de Jesús pobre”. Hemos de seguir creciendo en esto, ayudados también por vuestra oración.

Pero, permitidnos que estas palabras de San Pablo las utilicemos para hablar de las necesidades de la Comunidad Parroquial. La Parroquia, como institución dentro del mundo tiene unos gastos y unos ingresos. La Parroquia, que posee unos edificios, unos pisos y locales, debe hacer el esfuerzo de mantenerlos y mejorarlos constantemente, para que puedan seguir siendo útiles al fin para el que existen: anunciar, vivir y celebrar el Evangelio de la Salvación. Por eso, la economía, como todo lo demás, está al servicio del Evangelio, y nunca puede ser considerada ajena a ese fin.

Este es el texto de San Pablo, que hemos elegido para presentar las cuentas del año:

"Me alegré mucho en el Señor de que ya al fin hayan florecido vuestros buenos sentimientos para conmigo. Ya los teníais, sólo que os faltaba ocasión de manifestarlos. No lo digo movido por la necesidad, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo: a la saciedad y al hambre; a la abundancia y a la privación. Todo lo puedo en Aquel que me conforta. En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación. Y sabéis también vosotros, filipenses que, en el comienzo de la evangelización, cuando salí de Macedonia, ninguna Iglesia me abrió cuentas de «haber y debe», si ... Leer más »

Categoría: Información y Noticias | Vistas: 461 | Agregado por: AdminUPCH | Fecha: 26-Ene-2022 | Comentarios (0)