22:00 Noches de Pan y Luz. Segunda noche. 8 de julio. Guion de la celebración. |
"Tu palabra es una lámpara para mis pasos y una luz en mi sendero". (Salmo 119,105)
Introducción La vida lleva su rumbo sin preguntar. Los acontecimientos imprevistos e imprevisibles nos pillaron desprevenidos. En el mundo de la enseñanza, la pandemia nos ha mostrado una crisis de formación y una crisis en la disponibilidad de recursos insuficientes, tanto desde el punto de vista del profesorado como del alumnado y de sus familias. Ser docentes en tiempos de pandemia ha sido harto difícil, obligando a tener más responsabilidad y exigencia que nunca, sufriendo más estrés y carga de trabajo, y siendo más complicado compaginar vida laboral y vida familiar. Ser docentes en tiempos de pandemia ha implicado grandes desafíos: desafío de reaprender, desafío de reorganizar, desafío de enseñar a distancia, desafío de cuidar, desafío de iluminar. ¿Estábamos preparados? Incertidumbre, mucha incertidumbre.
♫ Canción: Y serás tú.
Jesús es un maestro que enseña, que guía y que ilumina. Y es, ha sido y será ejemplo para los docentes.
Lectura Sucede con el reino de los cielos lo que con aquellas diez jóvenes que salieron con sus lámparas al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite, mientras que las sensatas llevaron aceite en las alcuzas, junto con las lámparas. Como el esposo tardaba, les entró sueño y se durmieron. A medianoche se oyó un grito: “Ya está ahí el esposo, salid a su encuentro”. Todas las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas. Las necias dijeron a las sensatas: “Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan”. Las sensatas respondieron: “Como no vamos a tener bastante para nosotras y vosotras, será mejor que vayáis a los vendedores y os lo compréis”. Mientras iban a comprarlo, vino el esposo. Las que estaban preparadas entraron con él a la boda y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras jóvenes diciendo: “Señor, Señor, ábrenos” Pero él respondió: “Os aseguro que no os conozco”. Así pues, vigilad, porque no sabéis el día ni la hora. (Mateo 25, 1 – 13)
Sugerencias para la oración Visualízate en la escena de las jóvenes previsoras y las descuidadas, siente la noche caer sobre tus hombros, mira al cielo estrellado y como el viento acaricia tu mejilla mientras cimbrean los árboles. Escucha el sonido de la tierra cuando caminas y nota alguna piedrecilla que se te mete en la sandalia. ¿A dónde vas? Y… ¿Estás preparado? ¿Eres la joven que va a preparar la lámpara para alumbrar a otro que viene a oscuras? ¿Eres un espectador? ¿Quién grita avisando que viene el esposo? ¿Estás invitado? ¿Sabes a qué vas? ¿Conoces el camino?...
Reflexión: “Velad, porque no sabéis el día ni la hora” La lámpara que tenemos es la mejor y tenemos que cuidarla. No podemos despistarnos y vivir en la oscuridad. A veces unos se quieren poner a la luz de otro, como las jóvenes que buscaron poner en sus lámparas el aceite de las otras. Cada uno tiene su luz. En cada uno Dios ha dejado su luz particular, una luz que le hace ser el mismo. Unas luces son más fuertes, otras luces son más débiles, otras luces cambian y otras tienen su propio color. Así encontramos un sinfín de luces como personas. Cada uno tiene que cuidar y dar cuenta de esa luz que hemos recibido.
Peticiones Señor, que fácil es dejarte a un lado y que fácil acordarme de ti cuando tengo una necesitad o un problema. Sé que ese descuido, esa irresponsabilidad o apatía me lleva a consecuencias negativas y por eso te pido:
♫ Canción: Ven, extiende tus fronteras
Para seguir siendo luz para otros
Gracias por haber utilizado este guion en formato digital. Cada papel que ahorramos cuenta en nuestra misión común de cuidar el planeta. No dudes en dejarnos un comentario, si crees que podemos cambiar algo para mejorar tu experiencia. |
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