Por Antonio Matilla
Publicado originalmente en salamancartvaldia.es

Mañana, si Dios quiere “Plata Meneses”, empresa segoviana más que centenaria especializada en el diseño, fabricación y restauración de piezas artísticas de plata, devolverá las Andas Procesionales Eucarísticas de la iglesia de San Martín, cuya restauración de su estructura de madera policromada realizó el pasado verano Alejandra del Barrio, y las hermanas Meneses han culminado la semana pasada restaurando, reintegrando y limpiando la plata. Un magnífico trabajo de equipo entre Alejandra, restauradora de maderas antiguas y las hermanas Meneses, herederas actuales de la empresa familiar que ha llenado de plata artísticamente trabajada iglesias, monasterios, palacios y casas particulares.

Las andas procesionales eucarísticas que ahora regresan esplendorosas, las encontramos muy deterioradas en un trastero de la iglesia de San Martín. Deterioradas, sucias y rodeados y ocultos sus dos metros de altura por alfombras viejas y podridas, que hubieran merecido varios decenios atrás un digno entierro en el basurero; al retirar con fuerza una de esas alfombras estuvimos a punto de deteriorar aún más la cupulita de las andas, de modo que las demás antiguas alfombrar las retiramos con sumo cuidado porque todos intuimos la importancia de la pieza que estaba emergiendo de entre la basura parroquial.

Pero cedamos ya la palabra a quien quizá sea el que más sabe acerca de la Platería salmantina barroca, el profesor de la USAL Dr. D. Eduardo Azofra, a quien agradecemos mucho que nos hiciera, sacando tiempo de donde no lo tenía, el siguiente informe provisional, previo a la restauración de las andas que, en su día, siglos atrás, portaron la custodia por la Plaza Mayor y las calles salmantinas en la Procesión del Domingo del Señor (el domingo posterior al Corpus Christi):

“Una joya herida, las andas procesionales eucarísticas de la iglesia de San Martín. Es bien conocida la triada de andas procesionales eucarísticas, actualmente conservadas, salidas de los talleres de platería salmantinos durante el barroco, desde finales del siglo XVII hasta las primeras décadas del XVIII.

Nos estamos refiriendo a las andas procesionales de la Colegiata de Santa María de Toro, realizadas por el platero Juan de Figueroa en 1685, a las de la iglesia de Santa María la Mayor de Ledesma, labradas en 1719 por Francisco de Agreda a semejanza de las de la Cofradía de San Antonio de Salamanca y restauradas en 2019, y a las de la Catedral de Salamanca, obra fechada hacia 1728 de Manuel García Crespo, que la materializó a partir de una traza de Alberto de Churriguera.

Como ya diera a conocer hace unos años el profesor Manuel Pérez Hernández, a estas piezas habría que unir cuatro más que no se han conservado: las de la iglesia de San Lorenzo de Valladolid y en Salamanca las del monasterio de Nuestra Señora de la Vega, obra de Francisco de Villarroel, las de la Cofradía de San Eloy y las de la Cofradía de San Antonio.

A este destacado conjunto de andas procesionales fruto de la platería salmantina barroca, labradas en plata repujada sobre alma de madera, deben sumarse también las existentes en la iglesia de San Martín de Salamanca, que si bien se encuentran en mal estado de conservación son de gran interés; interés y calidad que, sin duda, aumentará considerablemente en caso de llevarse a cabo una oportuna y necesaria restauración.

Responden a la tipología habitual de las salidas de los talleres salmantinos. Así, sobre un basamento cuadrangular, de 110 cm de lado, se eleva el templete que, apoyado en cuatro columnas corintias de fuste estriado y tercio inferior marcado y animado con motivos curvilíneos, está destinado a cobijar la custodia. El coronamiento está compuesto a base de cuatro tornapuntas que, partiendo de los ángulos, de las esquinas, confluyen en el centro, donde una peana sirve de soporte a un ramillete floral que quizás no sea el original y que se eleva por encima de los dos metros de altura. Esperamos que la restauración que se lleve a cabo y el correspondiente trabajo de investigación ayuden a sacar a la luz la autoría de esta inestimable pieza.”

Los informes de restauración elaborados tanto por Alejandra del Barrio como por las hermanas Meneses, nos aclararán muchas cosas, pero me temo que seguiremos sin saber el autor. Lo que sí sabemos es que queremos terminar pronto de pagar las facturas de su restauración y, si sobran algunos maravedíes o unos pocos reales de vellón, preparar en un lugar digno de la iglesia un recinto acristalado en el que pueda ser contemplada, a la par que protegida. El libro que publiqué a finales de la primavera pasada sigue invitando a sus pasados y posibles futuros lectores a colaborar económicamente en este crowdfunding de andar por casa, o como dicen los de mi pueblo, en esta recolecta.

Antonio Matilla, sacerdote. párroco de San Martín de Tours en Salamanca.