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Orar con la vida: con y por la familia

Noches de Pan y Luz
Guion de la oración del 14 de julio de 2022

Orar con la vida: con y por la familia

 

1. En contacto con el Señor

 

Queridos amigos que participáis en esta oración, bien desde casa, bien en la iglesia, sentiros saludados y acogidos, de lejos o de cerca, sentiros como en familia. Pues esta noche vamos a orar “Orar con la Vida” y hoy, en concreto “con y por la Familia”, con el espíritu y guía de la Exhortación Amoris Laeticia.
Mientras el tiempo corre... (“tempus fugit”), procuramos pararnos y nos vamos poniendo en presencia de Jesús, María y José para que Ellos nos acojan con su ternura, nos acompañen, nos iluminen y nos ayuden a discernir e integrar en nuestra vida el don de saborear los ecos y susurros de Su Palabra, aquí y ahora.

 

Si haces esta oración desde casa, puedes poner música instrumental tranquila y relajante. Busca crear un ambiente de paz y quietud.

 

2. A la luz de la Palabra

 

“Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde. Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada. Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría. El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. (1 Cor 13, 1-7)

 

En esta lectura Pablo nos describe unas pautas para la familia y son el reflejo del sueño de Dios pues es espacio de protección y fidelidad. Es un camino dinámico de crecimiento y de realización para que cada pareja, cada familia y cada matrimonio construyamos y planifiquemos nuestra historia de amor y estemos siempre abiertos al pastoreo misericordioso de Dios.
El texto nos invita a retomar esas frases del No: No es envidioso. No hace alarde.
Del Todo, atribuibles a todos los aspectos de la vida familiar, pues “todo lo cubre”: Todo lo disculpa. Todo lo cree. Todo lo espera.
Y de las rotundas afirmaciones: El Amor es Paciente, Servicial, regocijándose siempre con la verdad… siempre permanecerá.
En esta noche, ¿cuál de esas expresiones, que tantas veces has leído y escuchado, te invita al silencio, a la reflexión o la interpelación…? Acógela, gústala, saboréala, contémplala. Desde lo más profundo de tu corazón, abajado y habitado en él, comunícate, escúchate, interpélate, respóndete…

 

Canción: Lo puedo todo en el amor

 

Escuchar la canción (será redirigido a YouTube).


Podré sonar como campana:
Si no hay amor mi voz no es nada.
Más con amor cada silencio,
cada mirada es un ejemplo.

Lo puedo todo en el amor, todo lo puedo.
Donde hay amor, con Dios me encuentro.

Podré saber el fundamento:
Si no hay amor yo sé que miento.
Más con amor cada misterio
va revelando al Dios secreto.

Lo puedo todo en el amor, todo lo puedo.
Donde hay amor, con Dios me encuentro.

Podré mover cada montaña:
Si no hay amor mi fe se engaña.
Más con amor a mí me muevo
y cara a cara a Dios contemplo.

Lo puedo todo en el amor, todo lo puedo.
Donde hay amor, con Dios me encuentro.

Podré entregar todo el dinero.
Si no hay amor mejor lo quemo.
Más con amor, que espero y creo,
sin dar excusas, a mí me entrego

Lo puedo todo en el amor, todo lo puedo.
Donde hay amor, con Dios me encuentro.



 

3. En contacto con la realidad

 

En esta segunda parte ofrecemos, una dinámica distinta. Con los pies en la tierra, como dice Francisco en su exhortación, afrontamos y oramos la realidad y su reclamo, para hacer algo por ella. Nos centramos en estos 4 puntos:

 

• La cultura social, con sobrenombre “líquida”

 

La cultura líquida, frágil, cambiante, escurridiza y efímera. Es la cultura de lo rápido a corto plazo y, a ser posible, inmediato y a medida. Aboga por relaciones de usar y aprovechar, gastar y estrujar, romper o tirar, mientras se tenga, se posea o se sirva para sí (individualismo exasperado), donde uno acude cuando le parece en gana y conveniente para sí mismo.
Suele generar vínculos abandonados a la precariedad voluble de deseos egoístas y propicias circunstancias. Parece que en esta cultura se han perdido la esencia de la acogida mutua y el espíritu del servicio recíproco del matrimonio.

 

• La organización social y sus propios ritmos de vida

 

Qué situación tan preocupante observamos en la sociedad: falta de empleo digno, fuertes cambios demográficos, consumo descontrolado, alto nivel de inflación, falta de recursos o de vivienda…
Tal organización social suele provocar distintas formas de exclusión social, generar una carencia de verdades, una carencia de valores y principios éticos y morales que las cimenten y orienten, o guíen como horizontes claros hacia un pleno sentido de vida.

 

• La comunicación deficiente

 

La comunicación deficiente es el “talón de Aquiles” o la fragilidad más común de las familias. Las actitudes defensivas; las relaciones insanas y no gestionadas mediante el diálogo en empatía; conflictos; acoso psicológico…
La comunicación deficiente suele generar síntomas de cansancio, desánimo, desilusión, insatisfacción o fracaso. Puede llegar a afectar seriamente la salud mental, causando depresiones o trastornos de ansiedad. Puede conducir a separaciones, crear posos de resentimientos y odios, agresiones físicas y no poca violencia, de destrucción y muerte.
En esa fragilidad, los problemas, lejos de su afrontamiento y resolución, se suelen silenciar o evitar. Las personas se aíslan o se refugian en adicciones de cualquier tipo, sin haber resuelto su problema, sin haber sanado su frustración, sin haber curado su herida.

 

Importante: ante un caso de violencia doméstica llama 016 o infórmate en esta web del gobierno (sitio seguro con opción de salida rápida).

 

• La Iglesia

 

La Iglesia se hace eco de las múltiples, novedosas, diversas y complejas formas y realidades de familia hoy. Como Iglesia debemos hoy conocer, acoger, escuchar, ayudar, cuidar, formar, acompañar, orientar, cultivar y proteger a la familia en su dignidad y con mucho respeto. Tanto en la normalidad como en sus necesidades de cada día, en sus gozos y en sus satisfacciones, en sus esfuerzos y descansos, en sus reflexiones y búsquedas, en sus momentos de bonanza y de placer; como en sus molestias y sufrimientos, en sus tensiones y desolaciones, en sus crisis y rupturas. Hemos de sembrar esperanza.

 

4. Oración de la Sagrada Familia

 

Oremos todos juntos por las familias, siguiendo el texto de la oración de la Sagrada Familia compuesto por el Papa Francisco.

 

Jesús, María y José:
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor;
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
Haz tomar conciencia a todos
Del carácter sagrado e inviolable de la familia,
De su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica amén.

 

 

El cuadro de la Sagrada Familia es una réplica fiel de la obra de Germán Calvo ubicada en la Casa de la Iglesia.

 

La Iglesia llamada a tener sueños proféticos

 

Finalmente, damos gracias. Dice el Papa Francisco en el nº 57 de Amoris Laeticia que es imposible no dar gracias. Porque muchas familias, aunque están lejos de considerarse perfectas, viven en el amor. Muchas familias realizan su vocación y siguen adelante, aunque caigan muchas veces en el camino.
A partir de aquí, no queda un estereotipo de la familia ideal sino un interpelante “collage” formado por tantas realidades diferentes, colmadas de gozos, dramas y sueños.
Y la Iglesia siente la necesidad de decir una palabra de verdad y de esperanza. Con la caridad por bandera, con mucha imaginación y no pocas veces con iniciativas inimaginables, y con sueños proféticos.

 

¿He dicho sueños proféticos?
“Señor… hazme soñar… ¡
¡Hace tiempo que no sueño!
Soné que iba una vez –cuando era niño todavía,
al comienzo del mundo-
en un caballo desbocado por el viento,
soñé que cabalgaba, desbocado, en el viento…
el viento bajo la Luz,
el viento traspasado por la Luz,
el viento deshecho por la Luz,
el viento fundido por la Luz,
el viento… hecho Luz…
Señor hazme soñar que soy la Luz
Que soy Tú mismo, parte de ti mismo…
y guárdame, guárdame dormido,
soñando, eternamente soñando
que soy un rayito de Luz de Tu costado.

León Felipe

 

5. Despedida: Mirando a la Virgen María

 

Para terminar esta oración, miremos a nuestra Madre, con una canción a Ella y para Ella. María, mujer de nuestro tiempo, que entra de lleno en las paredes de nuestras casas y nos ayuda a reconocer un sinfín de rostros y revivir historias, mundos y corazones derramando una luz de esperanza en toda la humanidad.

 

Canción: Dios te salve, María

Escuchar la canción (será redirigido a YouTube).

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