Inicio » 2017 » Mayo » 25

El Concilio Vaticano II, en su Con-stitución sobre la Sagrada Liturgia, explicita que «no es solo el sacramento de quienes se encuentran en los últimos momentos de su vida», señalando que son oportunos para recibirlo los tiempos de enfermedad o de vejez. (Constitución sobre la liturgia: Sacrosantum Concilium, 73) Hasta el Concilio, este sacramento se conocía con el nombre de extremaunción, puesto que sólo se lo administraba in extremis, es decir, ante la inminencia de la muerte. El cambio de sentido dado al sacramento por el Concilio responde a la necesidad e importancia de asistir a los enfermos para que el Espíritu Santo los acompañe y reconforte, de conformidad con el mandato de Jesucristo:

...en mi nombre...impondrán las manos sobre los enfermos...

(Evangelio de Marcos 16,17-18)

El óleo utilizado en este rito es conocido como óleo de los enfermos, y es bendecido cada año por el obispo en la Misa Crismal celebrada el Miércoles Santo por la mañana. En el rito central del sacramento de la unción de los enfermos, el presbítero traza con el aceite bendecido la señal de la cruz en la frente y en cada una de las manos del enfermo, al tiempo que pronuncia las siguientes palabras: Por esta santa unción y por su bondadosa misericordia, te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo. Para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad. Amén.

Vistas: 837 | Agregado por: UnidadPastoralWeb | Fecha: 25-May-2017 | Comentarios (0)