Reflexión de Leo Ramos, sacerdote diocesano.
Algunos dicen que estamos, más que en una época de cambio, en un cambio de época; y en ésta, para bien y/o para mal, la globalización, la interconexión y la comunicación son tres de sus características. Fruto de estos tres fenómenos es el desarrollo tanto de los clásicos medios de comunicación y como de los tan en boga social media, es decir, todas las plataformas de internet (webs, blogs, aplicaciones para móviles…), con sus diferentes soportes (móviles, tabletas, PCs…) y redes sociales (Facebook, YouTube, Instagram…). Es la era digital. Como cristianos, tenemos el reto de afrontar esta nueva etapa de la historia y acercarnos al hombre que protagoniza esta nueva manera de entender la realidad, realidad de la que también nosotros somos parte, por cierto. No se trata de acercarnos a los social media como meros instrumentos para anunciar el evangelio de Jesús, sino que la comunicación misma ha de ser parte del mensaje. Es un modo nuevo de comunicarnos donde la horizontalidad, la inmediatez y la interconexión son sus características. La red se ha convertido en el ámbito para interactuar con los otros (sin que esto sustituya nunca el encuentro personal, claro está). Y allí donde está la gente hemos de estar los cristianos, hablando el lenguaje de la gente, en este caso el del mundo digital. Llamémoslo “pastoral digital”. Esto es la evangelización y si no hacemos esto, estamos dejando de lado lo que da sentido a la Iglesia, esto es, la evangelización.