Estas son las meditaciones que se hicieron siguiendo la Pasión según San Lucas. El texto evangélico no se incluye, pero sí las citas.
1. Traición en la Eucaristía. ¿Quién es el más importante?: Lc. 22, 14-30
Comentario: Traición en la Eucaristía. Cuando Jesús se está entregando totalmente al Padre y a nosotros, uno de sus discípulos le está traicionando. Ni siquiera en el momento crítico cesan las ambiciones. Jesús entregándose y los discípulos discutiendo sobre quién es el mayor. Jesús nos dice quién es el mayor con su propio ejemplo: el que sirve al prójimo es el más grande.
2. Una advertencia para los buenos: Lc. 22, 31-38
Comentario: Lucas nos describe la crisis espiritual que sufrió San Pedro. Para nosotros ha llegado también una crisis espiritual: parece que muchas personas, sobre todo los jóvenes están rechazando la fe cristiana. El Evangelio y el trabajo por el Reino de Dios no les atrae. Todos estamos conmocionados por el poder que tiene el mal y que se manifiesta en la guerra de Ucrania, en los atentados terroristas, en la corrupción que parece reinar por doquier, en las injusticias sociales, en el hambre que padecen millones de personas, en los refugiados que son rechazados, en la violencia de género incluso dentro de la familia; el mal se ha manifestado también durante la pandemia o en forma de otras enfermedades. Ante toda esta acumulación de mal podemos tener la tentación de cortar por las bravas y empuñar la espada. No hemos entendido de qué va la cosa. Jesús ya ha explicado de qué va el Reino de Dios muchas veces, pero los discípulos no acabamos de entender. Jesús dice que ya basta, que nos va a mostrar de qué va esto del Reino de los cielos y nos lo va a mostrar con su entrega y con la respuesta del Padre suyo y Padre nuestro.
3. Orad para no caer en tentación. Oración en el Huerto de los Olivos: Lucas 22, 39-46
Comentario: ¿Qué tentaciones nos apartan del Reino de Dios? Quizá cada uno tengamos nuestra propia tentación o tentaciones. Pero a todos nos puede pasar lo que a los discípulos en Getsemaní: nos regodeamos en la tristeza y la tristeza no nos deja orar. La tristeza puede ser una forma de huir de la dureza de la realidad, huir hacia nuestro interior. Pero sabemos por experiencia propia y el Papa Francisco nos lo recuerda, que la fe nos proporciona verdadera alegría. Así que, aunque estemos tris
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